Damas y caballeros, con ustedes Stephen Hawking

Acompañado de sus tres hijos, dicen que Stephen Hawking murió pacíficamente en su casa de Cambridge, Inglaterra. La paradoja, es que su impresionante legado en el campo de la física teórica, se hizo conocido para personas comunes y corrientes que llegaron a la puerta de sus libros atraídas por su peculiar condición física, por el personaje, hecho que él siempre se tomó con admirable sentido del humor. Así, la icónica imagen de una persona frágil postrada en una silla de ruedas, escondía una leyenda que fue mucho más allá de las salas de clases, cruzando de lado a lado la creatividad y la impresionante resistencia del espíritu humano.

A los 22 años se le diagnosticó una esclerosis lateral amiotrófica, ELA, y los médicos le dieron solo dos años de vida. Pero vivió 54 años más. La enfermedad le dejó incapaz de hablar sin la ayuda de un sintetizador de voz. Redujo el control de su cuerpo a la flexión de un dedo y el movimiento de los ojos.

Hawking pasará a la historia por su trabajo sobre los agujeros negros y por unificar las dos grandes teorías de la física del siglo XX, la de la relatividad y la de la mecánica cuántica. También por los populares títulos divulgativos de los que fue autor, entre ellos Breve historia del tiempo, del Big Bang a los agujeros negros, publicado en 1988 y convertido en el libro de ciencia más vendido de la historia.

Agujeros negros y extraterrestres

El primer gran avance de Hawking se produjo en 1970, cuando él y Roger Penrose aplicaron las matemáticas de los agujeros negros al universo y demostraron que una singularidad, una región de curvatura infinita en el espacio-tiempo, yace en nuestro pasado distante: el punto del cual surgió el big bang.

En 1974, Hawking recurrió a la teoría cuántica para declarar que los agujeros negros debían emitir calor y finalmente desaparecerían. Para los agujeros negros de tamaño normal, el proceso es extremadamente lento, pero los agujeros negros en miniatura liberarían calor a un ritmo espectacular, eventualmente explotando con la energía de un millón de bombas de hidrógeno de un megatón.

Su propuesta de que los agujeros negros irradian calor provocó uno de los debates más apasionados en la cosmología moderna. Hawking argumentó que si un agujero negro se evaporara, toda la información que cayó dentro de su vida se perdería para siempre. Contradecía una de las leyes más básicas de la mecánica cuántica, y muchos físicos no estaban de acuerdo.

Hawking tiene frases para el bronce, como aquella vez cuando le preguntaron si sabía cuál era su coeficiente intelectual, a lo que respondió: “No tengo idea, pero cualquiera que ande preocupado de algo así es un looser”. El hombre también se refirió a las probabilidades de vida extraterrestre, un hecho que consideraba matemáticamente irrebatible: “Si los extraterrestres nos visitaran, el resultado se parecería mucho a lo ocurrido cuando Colón desembarcó en América: a los nativos americanos no les fue bien. Estos extraterrestres avanzados podrían convertirse en nómadas, e intentar conquistar y colonizar todos los planetas a los que pudiesen llegar. Para mi cerebro matemático, de números puros, pensar en vida extraterrestre es algo del todo racional. El verdadero desafío es descubrir cómo podrían ser esos extraterrestres”.

Fuentes: The Guardian y El país

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